Cáncer de riñón

¿Qué es el riñón y para que sirve?

Los riñones son 2 órganos localizados en la parte posterior del abdomen, en la zona lumbar, tienen una parte sólida externa y una parte hueca interna formada por los conductos que llevan la orina hacia los uréteres y de ahí a la vejiga. Los riñones no solo fabrican orina, algunas de sus funciones son:

  • Desintoxicar (limpiar) nuestra sangre.
  • Eliminar los desechos del organismo a través de la orina.
  • Equilibrar los fluidos.
  • Mantener los niveles de electrolitos (p. Ej., Sodio, potasio, calcio, magnesio, ácido).
  • Regular el metabolismo del calcio para mantener nuestros huesos fuertes.
  • Producir hormonas que ayudan a mantener estable nuestra presión arterial.
  • Producir una hormona implicada en la fabricación de los glóbulos rojos.

¿Qué es el cáncer de riñon?

Un tumor o masa es un crecimiento anormal en el cuerpo. Un tumor renal, es un crecimiento anormal en el riñón. Algunas masas renales son benignas (no cancerosas) y algunas son malignas (cancerosas). Una de cada cinco masas renales es benigna. Las masas más pequeñas tienen más probabilidades de ser benignas. Algunos tumores pueden crecer lentamente, mientras que otros pueden crecer más rápido o ser más agresivos. Los tumores agresivos pueden formarse, crecer y diseminarse muy rápidamente. El cáncer que se desarrolla a partir de las células del riñón se llama Carcinoma de Células Renales. El cáncer de riñón es el 10º cáncer más frecuente. También pueden aparecer tumores en el riñón que proceden del crecimiento anormal de otras células, como el linfoma o las metástasis, pero esto es menos frecuente.

El 20% de los tumores renales son benignos. Los tumores menores de 3 cm tienen más probabilidad de ser benignos.

Causas

Se desconoce exactamente qué causa el cáncer de riñón, aunque sí se han identificado algunos factores de riesgo:

  • Tabaco
  • Obesidad
  • Hipertensión arterial
  • Diabetes
  • Antecedente familiar en primer grado de cáncer de riñón (padres o hermanos).

No fumar, hacer ejercicio físico regularmente y evitar la obesidad protegen del riesgo de tener un cáncer de riñón.

Sintomas

  • Sangre en la orina.
  • Dolor lumbar (entre la costilla y la cadera): suele ser un dolor no demasiado intenso, que no se modifica con la postura o el ejercicio físico y en un solo lado.
  • Pérdida de apetito.
  • Pérdida de peso.
  • Anemia.
  • Fiebre.

Lo más frecuente es que el Cáncer de Riñón no de ningún síntoma, sobre todo en estadios iniciales.

Diagnóstico

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Ecografía, Tomografía (TC) o Resonancia (RM)

Cualquiera de estas pruebas de imagen pueden diagnosticar un tumor o masa en el riñón.

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Biopsia de la masa renal

A veces, sobre todo si el tumor es pequeño (< 3 cm), se realiza una biopsia para descartar antes del tratamiento que no se trate de un tumor benigno. La biopsia de la masa renal se hace con anestesia local, a través de la piel de la zona lumbar y con la ayuda de la ecografía o el TC se introduce una aguja hasta el tumor, para extraer muestra de tejido y así analizarlo con el microscopio. 

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Otras pruebas

Prueba de laboratorio como análisis de orina para ver si hay sangre en la orina, o análisis de sangre para ver si hay anemia.

Los tumores benignos del riñón no suelen necesitar tratamiento salvo que sean muy grandes. Normalmente se realiza un seguimiento con ecografía o TC durante un tiempo para comprobar que no se comportan como tumores malignos.

Tratamiento

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Tratamiento quirúrgico

El tratamiento quirúrgico consiste en extirpar el riñón con el cáncer o, cuando es posible, quitar solo el tumor y dejar la parte del riñón que no está afectada por el tumor. En el primer caso, la técnica quirúrgica se denomina nefrectomía total, nefrectomía radical si hay que incluir la glándula suprarrenal (que se localiza encima del riñón) y en el segundo caso nefrectomía parcial. La elección de una u otra técnica depende del tamaño y localización del tumor. Normalmente esta cirugía se realiza por laparoscopia o mediante robot (fundamentalmente en el caso de que solo se vaya a extirpar el tumor), y en raras ocasiones es necesario hacerla abierta. Esto podría suceder cuando el tumor es muy grande, y también hay que extirpar los ganglios linfáticos que están cerca del riñón u otros tejidos cercanos (hígado, músculos de la zona lumbar, etc.).

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Tratamiento ablativo

Este tratamiento consiste en destruir las células tumorales, preservando el resto de riñón sano. Existen diferentes técnicas: radiofrecuencia (ondas electromagnéticas que provocan una alta temperatura), crioterapia (utiliza frio). En ambos casos se realiza con una aguja o sonda que se introduce por la piel hasta el tumor localizándolo mediante tomografía. Este procedimiento habitualmente se realiza con anestesia local y sedación y requiere un ingreso de menos de 24 horas.

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Inmunoterapia

Para el cáncer de riñón de alto riesgo de recurrencia (alto riesgo de que haga metástasis) se recomienda tratamiento después de la nefrectomía con pembrolizumab endovenoso durante 1 año, ya que disminuye en un 32% el riesgo de que el tumor se reproduzca.

¿Cómo saber cuales son los cánceres de riñón que tienen alto riesgo de metástasis?

Una vez extraído el riñón con el cáncer, este se analiza al microscopio. El análisis del tumor da la siguiente información:

  • Tipo de cáncer (carcinoma de células renales u otro tipo poco frecuente).
  • Tamaño del cáncer.
  • Grado de agresividad de las células malignas, se clasifica desde 1 (las menos agresivas) a 4 (las más agresivas). También existe un subgrupo especial de células muy agresivas que se denominan sarcomatoides.
  • Estadio:
    • T1 (el tumor está localizado en el riñón y mide menos o igual a 7 cm)
    • T2 (el tumor está localizado en el riñón y tiene más de 7 cm)
    • T3 (el tumor afecta a la grasa que rodea el riñón, la vena renal o la glándula suprarrenal).
    • T4 (el tumor afecta a la denominada fascia de Gerota, que engloba el riñón y la grasa que lo cubre)

Con esta información se ha establecido que los cánceres de riñón que tienen alto riesgo de reproducirse son:

  • Todos los cánceres con células grado 4 o células con diferenciación sarcomatoide que tengan un estadio T2, T3 o T4.
  • Estadios T3 y T4 independientemente del grado de malignidad de las células.
  • Cuando hay afectación de los ganglios que están cerca del riñón.
  • Cuando además del cáncer de riñón se ha extirpado completamente una o más metástasis.

1 año de tratamiento con pembrolizumab después de la cirugía por cáncer de riñón, disminuye en un 32% el riesgo de que el cáncer vuelva a aparecer.

¿Y si el tumor tiene metástasis?

El cáncer de riñón como cualquier cáncer puede extenderse a los ganglios linfáticos y a otros órganos, los más frecuentes y por este orden son pulmón, hueso y cerebro. En estos casos además de valorar si se puede extirpar el cáncer de riñón y las metástasis, es necesario realizar un tratamiento sistémico (que actúe por todo el cuerpo). Los principales tratamientos sistémicos para el cáncer de riñón con metástasis son:

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Inmunoterapia

Son tratamientos endovenosos que principalmente mejoran el sistema inmune del paciente para luchar contra las células malignas. Los utilizados en el cáncer de riñón son: nivolumab, pembrolizumab e ipilimumab

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Terapias dirigidas

Son tratamientos vía oral, que impiden que las células malignas formen vasos con los que alimentarse, por tanto disminuye o para su crecimiento. Los utilizados en el cáncer de riñón son: sunitinib, pazopanib, cabozantinib, axitinib, levantinib y tivozanib.

El tratamiento inicial de los pacientes con metástasis es una combinación de 1 fármaco de cada grupo. El tratamiento se mantiene indefinidamente mientras exista respuesta radiológica y clínica. La respuesta clínica se refiere a que el paciente no empeore su estado general a causa del cáncer. La respuesta radiológica se refiere a que el tumor no crezca, esto se valora con pruebas de imagen, tomografía (TC) o tomografía por emisión de positrones (PET) o una combinación de ambas (PET TC). Estas pruebas habitualmente se hacen cada 3 meses.

Cuando el tumor aumenta de tamaño, es decir el tratamiento no funciona, se utiliza otro tratamiento sistémico u otra combinación de tratamientos, y de nuevo se mantiene indefinidamente mientras haya respuesta clínica y radiológica.

Estos tratamientos consiguen en la mayoría de los casos estabilizar el cáncer de riñón o enlentecer su crecimiento. Antes que existieran estos tratamientos sistémicos, la esperanza media de vida de un paciente con cáncer de riñón metastásico era de 12 meses, actualmente puede superar los 3 años e incluso un 10% de los pacientes llegan a estar sin cáncer detectable por 5 años o más.