Cáncer de vejiga

¿Qué es el cáncer de vejiga?

El cáncer de vejiga es una enfermedad por la que se forman células malignas en los tejidos de la vejiga, normalmente empieza en las células de la capa de la vejiga que está en contacto con la orina (urotelio), y por ello se llama carcinoma urotelial de vejiga, y es el más frecuente (90% de los casos). Este tipo de tumor puede aparecer en cualquier tramo de la vía urinaria: uretra, uréteres y pelvis renal (son los conductos urinarios que se encuentran en el interior del riñón). Hay otros tipos de cáncer que pueden aparecer en la vejiga (carcinoma escamoso, adenocarcinoma, carcinoma de células pequeñas), pero son muy poco frecuentes.

¿Causas?

Los factores de riesgo relacionados con el cáncer de vejiga son:

  • Tabaco: más del 50% de los cánceres de vejiga están relacionados con el tabaco, el riesgo de desarrollar cáncer de vejiga se mantiene incluso hasta 25 años después de haber dejado de fumar.
  • Exposición a ciertos agentes químicos tóxicos.
  • Exposición a radiaciones ionizantes (como las que se utilizan para algunas pruebas diagnósticas o tratamientos con radioterapia).
  • Algunos tratamientos contra el cáncer: ciclofosfamida e iofosfamida.
  • Infecciones por el parásito Schistosoma haematobium.
  • Aunque no es hereditario, los antecedentes de familiares en primer y segundo grado de consanguinidad, pueden aumentar el riesgo de cáncer de vejiga.

El tabaco se relaciona con más de la mitad de los cánceres de vejiga y el riesgo permanece hasta 25 años después de dejar de fumar.

Sintomas

  • Sangre en la orina (hematuria), es el síntoma más frecuente. En estadios iniciales del cáncer de vejiga suele ser un sangrado sin dolor, que puede aparecer un día y desaparecer solo, para volver a aparecer otro día (a las semanas e incluso meses). A veces el sangrado es pequeño y solo se detecta en el análisis de orina.
  • Dolor al orinar, dificultad para orinar o tener que orinar con mucha frecuencia pueden ser también síntomas de un cáncer de vejiga.

La sangre en la orina es el síntoma más frecuente de cáncer de vejiga.

Diagnóstico

Cistoscopia: es un tubo con una óptica conectada a una cámara que se introduce por la uretra y que permite ver la uretra y la vejiga por dentro. Esta prueba se hace con anestesia local (una pomada anestésica que se introduce dentro de la uretra).

Esta es la mejor prueba diagnóstica para el cáncer de vejiga. Una vez diagnosticado el tumor mediante la cistoscopia, hay que hacer una biopsia para confirmar que hay células malignas (cáncer), aunque se puede hacer durante la cistoscopia, lo ideal usualmente es hacerlo en quirófano, donde si el tumor no es muy grande, no solo se realiza la biopsia, se puede extirpar el tumor entero para analizarlo.

Tomografia o TC: es una prueba de imagen que permite estudiar además de la vejiga, los uréteres y los riñones, para descartar que no haya más focos de cáncer de urotelio en otras zonas del aparato urinario.

Citología de orina: es un análisis para detectar células malignas en la orina.

Test de marcadores tumorales en orina: pueden ayudar en el diagnóstico, pero no sustituyen a la cistoscopia.

Resonancia magnética de la vejiga: utilizando el sistema de clasificación viRADs, este sistema clasifica de 1 a 5 el riesgo de que el cáncer de vejiga sea músculoinfiltrante (una puntuación 4 y 5 en la clasificación viRADs se considera de alto riesgo).

La cistoscopia es la mejor prueba diagnóstica para el cáncer de vejiga.

Tratamiento

El tumor de vejiga diagnosticado por cistoscopia se quita entero siempre que sea posible o se biopsia para confirmar que hay células cancerígenas. Esta intervención quirúrgica se realiza a través de la uretra y se denomina RTU (Resección Transuretral de vejiga).

Una vez confirmado que se trata de cáncer de vejiga mediante el análisis al microscopio del tejido que se ha obtenido con la RTU, es necesario completar el tratamiento. El tratamiento se completará de una u otra manera en función de lo extendido o no que esté el tumor. En general se pueden establecer 3 grandes grupos:

  1. Cáncer de vejiga no músculo-infiltrante.
  2. Cáncer de vejiga músculoinfiltrante.
  3. Cáncer de vejiga con metástasis.

Si es fumador/a, dejar de fumar ayudará a que el cáncer de vejiga no se reproduzca.

Cáncer de vejiga no músculo-infiltrante

Es el que afecta a las capas más superficiales de la vejiga: el urotelio y la lámina propia (son los denominados carcinoma urotelial de vejiga Cis, pTa y pT1). El pronóstico de estos tumores suele ser bueno, la supervivencia a los 5 años es del 80-90%. Sin embargo, el riesgo de que vuelvan a reproducirse e incluso en convertirse en tumores músculo infiltrantes o metastásicos depende de muchos factores: número de tumores, localización del tumor, profundidad, grado de agresividad de las células tumorales, número de veces que se ha reproducido y tratamientos previos recibidos.

El tratamiento de estos tumores consiste en:

  • Instilaciones dentro de la vejiga con quimioterapia o con inmunoterapia. La quimioterapia que más se utiliza es la Mitomicina C (MMC), pero también se utilizan otros quimioterápicos: Epirubicina o gemcitabina. En cuanto a la inmunoterapia el único disponible para administrar dentro de la vejiga es la BCG (Bacilo de Calmette Guerin).
    Estos líquidos se meten a través de una sonda que previamente se ha introducido en la vejiga. La sonda se retira una vez introducido el líquido. Aunque existe una modalidad de administrar estos tratamientos donde la sonda está conectada a una máquina que produce un aumento de temperatura dentro de la vejiga, consiguiendo una mejor penetración del fármaco en las células de la vejiga. En este caso la sonda se mantiene durante la hora que dura el tratamiento. Este sistema solo se aplica actualmente para la mitomicina y la epirubicina, y se llama Sistema de quimioterapia hipertérmica.
    El tratamiento con quimioterapia suele durar 1 año, al principio se administra semanalmente (durante 6 8 semanas) y luego mensualmente (durante 8 meses). En tumores únicos, pequeños, poco profundos (urotelio: pTa), y formado por células tumorales son menos agresivas (tumor de bajo grado), una sola instilación el día de la RTU es suficiente.
    El tratamiento con BCG dura de 1 a 3 años, al principio se administra semanalmente durante 6 semanas y posteriormente se dan dosis de “recuerdo”.

Las instilaciones vesicales disminuyen entre un 40-60% el riesgo de que el cáncer de vejiga vuelva a aparecer.

  • Nueva RTU (Resección Transuretral de la Vejiga): a veces su urólog@ le propondrá repetir la intervención para comprobar que se ha quitado el tumor completamente, porque si el tumor no se ha eliminado por completo de la vejiga, las instilaciones no previenen que el cáncer reaparezca. Habitualmente se indica una nueva RTU cuando no hay tejido muscular en la muestra que se envió a analizar al microscopio, cuando el tumor es grande, cuando el tumor es profundo (llega a la lámina propia: pT1), o las células tumorales son muy agresivas (tumores de alto grado).

Los pacientes con cáncer de vejiga no músculo-infiltrante necesitan un seguimiento de 10 años por el riesgo de que el tumor reaparezca. El seguimiento siempre es con cistoscopia y a veces también son necesarias la tomografía y la citología de orina.

Cáncer de vejiga músculo-infiltrante

Es el que afecta a las capas más profundas de la vejiga: el músculo y la grasa, o tejidos cercanos a la vejiga: la próstata o el útero (son los denominados carcinoma urotelial de vejiga pT2, pT3 y pT4). La supervivencia a los 5 años es del 40-60%, dependiendo de la mayor o menor profundidad, del tipo de tratamiento elegido y de si hay afectación de los ganglios linfáticos que están cerca de la vejiga.

Hay dos opciones de tratamiento:

  • Quimioterapia endovenosa y cirugía seguida de inmunoterapia . Primero se administra quimioterapia endovenosa con Cisplatino y gemcitabina cada 3 semanas, durante 3 o 4 ciclos (un total de 9-12 semanas), posteriormente se realiza la cirugía, que consiste en quitar la vejiga completamente junto con la próstata en el caso de los hombres y el útero en el caso de las mujeres. Además se extirpan los ganglios linfáticos que están cerca de la vejiga. Posteriormente se realiza un tratamiento con inmunoterapia endovenosa durante 1 año que disminuye en un 28% el riesgo de que reaparezca el cáncer de vejiga.

La cistectomía radical con quimioterapia previa e inmunoterapia posterior es el tratamiento de elección del cáncer de vejiga músculoinfiltrante.

  • Tratamiento multimodal de conservación vesical: consiste en una nueva Resección transuretral de vejiga combinado con 6 ciclos de quimioterapia sistémica (Cisplatino/Gemcitabina cada 3 semanas) y tratamiento con radioterapia. Este tratamiento permite conservar la vejiga, pero solo es aplicable a un pequeño porcentaje de pacientes: que tengan un tumor pequeño (menor de 3 cm), que sea único, que no cause obstrucción de los uréteres y que no afecte al cuello de la vejiga o la uretra.

Cáncer de vejiga metastásico

Es el que afecta a otros órganos, los más frecuentes son ganglios linfáticos, pulmón, hígado y hueso. La supervivencia media es de 18 meses aproximadamente. Cuando el cáncer de vejiga tiene metástasis se dispone de varios tipos de tratamiento:

  • Quimioterapia sistémica con cisplatino o carboplatino más gemcitabina cada 3 semanas durante 6 ciclos (18 semanas).
  • Inmunoterapia, hay distintos tipos fármacos inmunoterápicos sistémicos para el cáncer de vejiga (nivolumab, atezolizumab, avelumab y pembrolizumab), la elección de uno u otro dependerá de si el paciente ha recibido quimioterapia previamente o no, de la respuesta que ha tenido a la quimioterapia (si el tumor se ha reducido o quedado igual o ha empeorado) y del estado de salud general.
  • Terapia dirigida: anticuerpos monoclonales (enfortumab vedotin, sacituzumab govitecan), inhibidores del FGFR (erdafitinib). Se utilizan cuando el cáncer no responde a los tratamientos anteriores.

Los pacientes con cáncer de vejiga con metástasis que responden al tratamiento con quimioterapia, si siguen un tratamiento de mantenimiento con inmunoterapia (avelumab), mejoran su supervivencia.